Page 27 - El Comportamiento del Sector Agroalimentario ante la crisis del Covid 19
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PAUTAS DE CONSUMO




              Unos días antes de que se decretara el Estado de Alarma en España, las compras masivas en
              supermercados,  las  largas  colas  y  los  estantes  vacíos  fueron  la  tónica  general.  Este
              desabastecimiento puntual debido a las compras intensivas al mismo tiempo, desencadenó una

              conducta colectiva hacia un posible desabastecimiento real, incrementando aún más las compras.

              Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) el pico de las compras de

              alimentos se alcanzó en los días previos a la declaración del Estado de Alarma. En comparativa

              con los datos de los mismos días del año anterior las compras aumentaron un 30%, sin embargo
              el  incremento  más  alto  con  respecto  al  año  anterior  se  dio  en  los  días  13  y  19  de  abril
              coincidiendo con el fin de la Semana Santa, con un 50,6% más de compras que en el mismo

              periodo del año anterior. Durante el primer mes y medio de la pandemia se han acumulado

              productos en las viviendas por miedo al desabastecimiento, pero conforme la incidencia del virus
              iba decreciendo también lo hacia el acopio de productos de alimentación.


              Así mismo estas compras masivas que se produjeron a principio de la pandemia se centraron
              sobre todo en un tipo concreto de productos, los de primera necesidad, como carnes, pescados,
              huevos, leche…cuya demanda aumentó en un 21% la semana posterior a la declaración del

              Estado de Alarma, según datos de la consultora Kantar, mientras en el gasto en la cesta de la
              compra en ese periodo se incrementó hasta en un 25%. No obstante, tras las primeras semanas

              de histeria y compras masivas el consumo se estabilizó.

              Si durante los primeros días la mayoría de las compras eran productos de primera necesidad,

              en las semanas posteriores se aumentó la venta de productos de picoteo, dado que con el cierre
              de  bares  y  la  reclusión  en  casa  se  buscaron  formas  de  ocio  alternativo  en  los  hogares.  El

              confinamiento ha supuesto un incremento del tiempo libre en casa que ha influido en la forma
              de consumir alimentos, hay más tiempo para destinar a la preparación de comida elaborada.

              Así, el consumo de harinas se incrementó en un 196% entre el 16 y el 22 de marzo según datos
              del  Ministerios  de  Agricultura,  Pesca  y  Alimentación  (respecto  al  mismo  periodo  del  año

              anterior),  este  incremento  se  debió  al  auge  de  la  elaboración  de  pan,  aunque  también  de
              repostería  en  los  hogares  españoles,  fenómeno  que  respondía  a  dos principios  causales:  el

              mayor tiempo libre para dedicarlo a la elaboración de comida y a los intentos de salir de casa lo
              mínimo posible para evitar contagios.


              La compra de productos no perecederos durante los días previos a la declaración del Estado de
              Alarma se disparó. Las denominadas “compras del pánico” llevaron a los españoles a adquirir






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