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Por un nuevo horizonte de desarrollo industrial, tecnológico y de generación de empleo para la Bahía de Cádiz

Para alcanzar nuestro objetivo de más Industria y más Empleo, ha sido esencial el papel que ha jugado la plantilla de Airbus

La industria tiene un papel dinamizador de nuestra economía. Posee un papel catalizador de nuestra sociedad: allí donde hay un fuerte sector industrial se instala el desarrollo y el progreso. Un proceso de industrialización fuerte impulsa el crecimiento, mejora la competitividad, genera riqueza y crea empleo. Por eso desde UGT-FICA hicimos una apuesta clara cuando alcanzamos, en la primavera de 2021, un acuerdo con la empresa Airbus y el Gobierno para fortalecer el polo industrial en la provincia de Cádiz, hacer un sector aeroindustrial competitivo en Andalucía y mantener el empleo de todas las factorías de la compañía en España.

Para nosotros era primordial apostar por proyectos industriales y tecnológicos asociados a la aviación sostenible, a la digitalización y a la eficiencia de los procesos del sector de la industria para, incorporando la cadena de valor y otros sectores productivos con presencia en la zona, desarrollar este sector estratégico alrededor de la bahía de Cádiz. Esa es la razón por la que consideramos la planta portuense como un centro multifunción que pueda combinar las actividades de operaciones-Civil con las de Defensa, reforzando el ecosistema industrial de la zona sobre la base de la Industria Aeronáutica. Así se refuerza la capacidad industrial de la provincia, se atrae nueva producción y se rentabiliza las importantes cantidades que se van a invertir, desde el Gobierno de España, en la industria de Defensa.

Para UGT-FICA el acuerdo con la multinacional aeroespacial de 2021 supone un cambio de paradigma, en el que fuimos capaces de revertir una situación de desaparición del sector industrial en Cádiz y de puestos de trabajo con indudable calidad, por un rediseño productivo en el que no se pierda ningún empleo y en el que se refuerzan las capacidades industriales de la zona, teniendo en cuenta, además, las grandes posibilidades que debe suponer la aplicación de un PERTE que se va a focalizar en la industria aeronáutica. Nuestra apuesta es mantener la bahía gaditana como parte importante del eje aeronáutico español.

El acuerdo de mantenimiento del empleo en Airbus supone que las decisiones empresariales, en los momentos de complicación, se centren en el I+D+i y no en la búsqueda de falsas competitividades basadas en la explotación laboral más allá de nuestras fronteras. Para alcanzar nuestro objetivo de más Industria y más Empleo, ha sido esencial el papel que ha jugado la plantilla de la empresa. Su gran profesionalidad, su búsqueda de la mejora continua y su indudable capacidad de movilización, demostraban un extraordinario compromiso con el futuro de la compañía y del sector aeroespacial de nuestro país.

Desde la firma del acuerdo, el Gobierno de España ha comprometido más de 10.000 millones de euros en inversión, ayudas y compras. La compañía ha diseñado un desarrollo para su actividad en la Bahía de Cádiz, con importantes inversiones; ha designado nuevos paquetes de trabajo que generarán, en los próximos meses, valor añadido, creación de empleo, incremento de la competitividad y garantía de futuro, además de cargas de trabajo duales, tanto del sector de defensa como del sector civil. Existe también un compromiso firme de crear un centro tecnológico que facilite el desarrollo de la cadena de valor, así como del conjunto del sector en la zona, negociándose, entre otros aspectos, los paquetes tecnológicos que se van a externalizar a otras empresas radicadas en la provincia.

Sabemos que, a pesar de los obstáculos que hemos tenido que sortear, hemos contribuido a generar confianza en Airbus y en toda la bahía de Cádiz, que será capaz no sólo de mantener el empleo, sino de fomentar la creación de otros nuevos trabajos de calidad sosteniendo la tradición de ligar el desarrollo de la zona a la aviación española impulsando su desarrollo social, económico y laboral. La Industria y el empleo gaditano, andaluz y español lo merecen.

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La Construcción, un sector pionero en la modernización de las relaciones laborales desde hace 30 años

La celebración del 30 aniversario del nacimiento de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC), el pasado 14 de diciembre, es motivo de orgullo y satisfacción, porque supone la materialización de la voluntad de entendimiento de los agentes sociales del sector de la construcción.

Significa que aquel proyecto que incluimos en el I Convenio General del Sector de la Construcción (CGSC), allá por 1992, estaba bien argumentado y estructurado y su puesta en marcha no fue en valde.

En aquel 1992, en el que proliferaron las obras a consecuencia de la Expo de Sevilla, el AVE y las Olimpiadas de Barcelona, la construcción seguía cargando con la losa de ser un sector penoso y poco atractivo para el empleo.

La firma de aquel I Convenio General vino a demostrar que el sector podía colocarse a la cabeza de la modernización de las relaciones laborales de nuestro país. De hecho, fue el primer convenio que derogó la ordenanza laboral de 1970, por la que se regían las relaciones laborales en tiempos franquistas, y el primero que introdujo el paritarismo en su ámbito.

Sacarlo adelante no fue tarea fácil, pues se necesitaron dos intensos años de negociación, y finalmente la idea de un Convenio General se impuso como expresión de voluntad de todas las partes implicadas.

Desde la Federación de Industria, Construcción y Agro de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT FICA), como herederos del legado de aquella Federación Estatal de la Madera, Construcción y Afines de la Unión General de Trabajadores (FEMCA-UGT), firmante de aquel I Convenio, rendimos un sincero homenaje a todos los que participaron y posibilitaron que la negociación llegara a buen puerto. En especial a Manuel Garnacho, el secretario general al frente en aquel momento, y a miembros de la Federación como Teodoro Escorial, Saturnino Gil y Ángel López, entre otros.

El Convenio de la Construcción consiguió edificar el andamiaje de una nueva estructura de negociación colectiva, dejando claro el reparto de competencias, dando carta de naturaleza a las comisiones paritarias y permitiendo así generalizar y homogeneizar las condiciones de trabajo.

Uno de los mayores logros de aquel I Convenio General cumple ahora 30 años, la constitución de la Fundación Laboral de la Construcción. Una institución que se ha convertido en un instrumento imprescindible, la expresión de la vocación de diálogo y entendimiento existente entre los agentes sociales del sector.

Hoy, la entidad paritaria es una realidad eficiente y dotada de músculo para afrontar los retos que se le presenten al sector. Los 30 años transcurridos desde entonces no han hecho más que consolidar y robustecerla como herramienta básica y de futuro.

Su importancia como entidad de referencia en el mundo laboral no ha hecho más que crecer, pues ha sabido adaptar su oferta formativa a la evolución del sector, procurando siempre estar a la vanguardia de los avances tecnológicos y técnicos.

Ahora, la construcción se está enfrentando a uno de los mayores retos de su historia. Un reto, pero también una oportunidad para su desarrollo y su configuración futura: adaptarse a las exigencias de la descarbonización y la digitalización de nuestra economía.

Una transformación que se va a llevar a cabo con el respaldo de los fondos Next Generation EU, de los que 7 de cada 10 euros se canalizarán a través del sector, puesto que la transformación económica de nuestro país pasa necesariamente por la construcción.

Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023 han contemplado importantes partidas a tal efecto para el acceso a la vivienda y el fomento de la edificación, y para infraestructuras y ecosistemas resilientes, aparte de numerosas partidas transversales.

Todos los indicios evidencian que el sector de la construcción se encuentra en un momento de gran expansión, pero para hacer frente al reto necesita un ingente volumen de empleo, suficiente y cualificado.

Sin embargo, paradójicamente, a pesar de la alta tasa de desempleo en nuestro país, el sector encuentra serias dificultades para establecerse como una opción elegible para que las personas construyan su futuro. Debido, principalmente, a ideas preconcebidas que no obedecen a la realidad actual de la construcción, pues en la actualidad es un sector innovador, seguro y sostenible, además de una opción de empleo de calidad, con condiciones salariales dignas y con derechos.

Es indudable que la formación es fundamental para atraer a las y los trabajadores a la construcción como un medio de optar a más oportunidades y garantizar una mayor estabilidad laboral.

Por eso, es imprescindible seguir potenciando, entre todos, la labor de la FLC. Para cambiar esa percepción y trasladar a la sociedad la imagen real y positiva, con unas perspectivas cargadas de futuro y de oportunidades de desarrollo profesional, gracias al trabajo de la FLC a lo largo de todos estos años.

El diálogo social en la construcción siempre se ha caracterizado por la búsqueda de soluciones vanguardistas a los problemas del sector. Si en aquel 1992, la constitución de la Fundación Laboral significó un hito histórico dentro del I Convenio General del Sector, en 2022 el hito lo ha supuesto la incorporación en el VII Convenio General de un Plan de Pensiones Colectivo sectorial para actuar como complemento al sistema público.

Un plan de pensiones que va a dotar de mayor solidez al sector, tal como ocurre con la FLC, puesto que se adherirán a él todas las empresas y todas y todos los trabajadores del sector.

Desde UGT FICA estamos muy orgullosos de la labor que desempeña la Fundación Laboral de la Construcción, pues el ejemplo vivo de la efectividad de un diálogo social bien articulado.

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«El contrato de relevo: una herramienta cargada de futuro para nuestra industria», por Mariano Hoya

El secretario general de UGT FICA analiza en el presente artículo de opinión la urgencia en prorrogar el contrato de relevo en el contexto económico actual, cargado de incertidumbres y sobresaltos para, una vez asegurada su continuidad, ampliar su afectación al resto de sectores productivos a través del diálogo social