La celebración del 30 aniversario del nacimiento de la Fundación Laboral de la Construcción (FLC), el pasado 14 de diciembre, es motivo de orgullo y satisfacción, porque supone la materialización de la voluntad de entendimiento de los agentes sociales del sector de la construcción.
Significa que aquel proyecto que incluimos en el I Convenio General del Sector de la Construcción (CGSC), allá por 1992, estaba bien argumentado y estructurado y su puesta en marcha no fue en valde.
En aquel 1992, en el que proliferaron las obras a consecuencia de la Expo de Sevilla, el AVE y las Olimpiadas de Barcelona, la construcción seguía cargando con la losa de ser un sector penoso y poco atractivo para el empleo.
La firma de aquel I Convenio General vino a demostrar que el sector podía colocarse a la cabeza de la modernización de las relaciones laborales de nuestro país. De hecho, fue el primer convenio que derogó la ordenanza laboral de 1970, por la que se regían las relaciones laborales en tiempos franquistas, y el primero que introdujo el paritarismo en su ámbito.
Sacarlo adelante no fue tarea fácil, pues se necesitaron dos intensos años de negociación, y finalmente la idea de un Convenio General se impuso como expresión de voluntad de todas las partes implicadas.
Desde la Federación de Industria, Construcción y Agro de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT FICA), como herederos del legado de aquella Federación Estatal de la Madera, Construcción y Afines de la Unión General de Trabajadores (FEMCA-UGT), firmante de aquel I Convenio, rendimos un sincero homenaje a todos los que participaron y posibilitaron que la negociación llegara a buen puerto. En especial a Manuel Garnacho, el secretario general al frente en aquel momento, y a miembros de la Federación como Teodoro Escorial, Saturnino Gil y Ángel López, entre otros.
El Convenio de la Construcción consiguió edificar el andamiaje de una nueva estructura de negociación colectiva, dejando claro el reparto de competencias, dando carta de naturaleza a las comisiones paritarias y permitiendo así generalizar y homogeneizar las condiciones de trabajo.
Uno de los mayores logros de aquel I Convenio General cumple ahora 30 años, la constitución de la Fundación Laboral de la Construcción. Una institución que se ha convertido en un instrumento imprescindible, la expresión de la vocación de diálogo y entendimiento existente entre los agentes sociales del sector.
Hoy, la entidad paritaria es una realidad eficiente y dotada de músculo para afrontar los retos que se le presenten al sector. Los 30 años transcurridos desde entonces no han hecho más que consolidar y robustecerla como herramienta básica y de futuro.
Su importancia como entidad de referencia en el mundo laboral no ha hecho más que crecer, pues ha sabido adaptar su oferta formativa a la evolución del sector, procurando siempre estar a la vanguardia de los avances tecnológicos y técnicos.
Ahora, la construcción se está enfrentando a uno de los mayores retos de su historia. Un reto, pero también una oportunidad para su desarrollo y su configuración futura: adaptarse a las exigencias de la descarbonización y la digitalización de nuestra economía.
Una transformación que se va a llevar a cabo con el respaldo de los fondos Next Generation EU, de los que 7 de cada 10 euros se canalizarán a través del sector, puesto que la transformación económica de nuestro país pasa necesariamente por la construcción.
Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023 han contemplado importantes partidas a tal efecto para el acceso a la vivienda y el fomento de la edificación, y para infraestructuras y ecosistemas resilientes, aparte de numerosas partidas transversales.
Todos los indicios evidencian que el sector de la construcción se encuentra en un momento de gran expansión, pero para hacer frente al reto necesita un ingente volumen de empleo, suficiente y cualificado.
Sin embargo, paradójicamente, a pesar de la alta tasa de desempleo en nuestro país, el sector encuentra serias dificultades para establecerse como una opción elegible para que las personas construyan su futuro. Debido, principalmente, a ideas preconcebidas que no obedecen a la realidad actual de la construcción, pues en la actualidad es un sector innovador, seguro y sostenible, además de una opción de empleo de calidad, con condiciones salariales dignas y con derechos.
Es indudable que la formación es fundamental para atraer a las y los trabajadores a la construcción como un medio de optar a más oportunidades y garantizar una mayor estabilidad laboral.
Por eso, es imprescindible seguir potenciando, entre todos, la labor de la FLC. Para cambiar esa percepción y trasladar a la sociedad la imagen real y positiva, con unas perspectivas cargadas de futuro y de oportunidades de desarrollo profesional, gracias al trabajo de la FLC a lo largo de todos estos años.
El diálogo social en la construcción siempre se ha caracterizado por la búsqueda de soluciones vanguardistas a los problemas del sector. Si en aquel 1992, la constitución de la Fundación Laboral significó un hito histórico dentro del I Convenio General del Sector, en 2022 el hito lo ha supuesto la incorporación en el VII Convenio General de un Plan de Pensiones Colectivo sectorial para actuar como complemento al sistema público.
Un plan de pensiones que va a dotar de mayor solidez al sector, tal como ocurre con la FLC, puesto que se adherirán a él todas las empresas y todas y todos los trabajadores del sector.
Desde UGT FICA estamos muy orgullosos de la labor que desempeña la Fundación Laboral de la Construcción, pues el ejemplo vivo de la efectividad de un diálogo social bien articulado.