El fracaso en la última reunión de la Comisión Negociadora por el bloqueo de las patronales aboca a un calendario de movilizaciones
La mesa negociadora del convenio de la industria azucarera y de levaduras volvió a reunirse este lunes, 15 de julio, por novena vez, tras el ultimátum lanzado por UGT FICA y CCOO el pasado miércoles en la última reunión ante el bloqueo en la negociación que vienen manteniendo las patronales y empresas del sector.
La propuesta que pusieron encima de la mesa es simple y llanamente vergonzosa y no alcanza siquiera a compensar las cesiones que esta parte ha realizado en temas de redacción, ni mucho menos alcanza, mínimamente, a resarcir a las personas trabajadoras del sector de la pérdida de casi el 10% del salario que sufrido durante la vigencia del último convenio.
La propuesta de la parte empresarial carece de cláusula de revisión salarial, condición imprescindible para la firma de un acuerdo ya que no consentiremos que un posible acuerdo sin cláusula nos vuelva a generar una importante pérdida de poder adquisitivo de cara al siguiente convenio.
Su propuesta es insuficiente y además, según sus propias palabras, “definitiva” con lo que las patronales vuelven a romper la mesa negociadora y nos avoca a preparar un calendario de movilizaciones que, en el mes de septiembre, enseñe a las empresas que no nos vamos a conformar con migajas y que en el último convenio hemos perdido mucho poder adquisitivo mientras las empresas se estaban “forrando”.
La parte social no pide imposibles ni nada que las empresas no puedan asumir. Es nuestro derecho exigir a las empresas que repartan con justicia los enormes beneficios que han tenido estos últimos años.
En próximas fechas informaremos del calendario de ruedas de prensa en los territorios afectados y de las movilizaciones en todos y cada uno de los centros de trabajo donde se va a escenificar el hartazgo de todas las personas trabajadoras ante este bloqueo provocado por unas empresas avariciosas que presumen mucho de sector y de robustez económica y financiera, pero trata a sus trabajadores y trabajadoras como ganado al que apaciguar con limosnas.