La medida de fuerza, que involucra a cerca de 150.000 de trabajadores y trabajadoras, responde a la negativa empresarial a negociar las demandas del sindicato. La parte sindical ha demostrado, de forma reiterada, que los ingentes beneficios del sector en los últimos años, acompañados de aumentos salariales de gran magnitud para los directivos, permiten que las empresas, caso de querer, asuman los costes de las mejoras laborales exigidas. Sin embargo, tras más de dos meses de negociaciones, los representantes empresariales han mantenido su rechazo a las propuestas sindicales.

Las principales demandas que el sindicato UAW ha trasladado a los representantes empresariales para la firma de un nuevo convenio colectivo son las siguientes:

• Aumento salarial de un 40% para los próximos cuatro años, en línea con el aumento que se han autoconcedido los directivos empresariales.

• Restablecimiento de incrementos salariales según inflación.

• Restauración de beneficios en pensiones para nuevos trabajadores e incrementos de pensiones para jubilados.

• Eliminación de horas extras obligatorias.

• Eliminación del fraude en el uso de contratos temporales.

Además del importante pliego de demandas, debe destacarse la estrategia sindical empleada en esta huelga que, al convocar paros simultáneos en las principales empresas del sector, pretende reforzar una posición sindical de clase ante el enorme poder de las patronales de la industria del automóvil.

La huelga se desarrolla de manera selectiva y alterna entre las tres principales fábricas, con el objetivo de producir un menor impacto en el coste para cada trabajador en huelga.

Por el momento, el seguimiento de la acción industrial está siendo masivo y ha conseguido, incluso, el apoyo de representantes sindicales en empresas más pequeñas del sector y de representantes políticos de la Administración Biden.

Además del mencionado carácter redistributivo y de la novedosa estrategia empleada por UAW, la huelga incluye otro elemento fundamental que incrementa su perfil sindical ofensivo; la demanda de recuperación de derechos perdidos en momentos de crisis económicas en el pasado.

UGT y su federación de Industria, Construcción y Agro (UGT FICA), sindicato más representativo del sector en nuestro país, quieren trasladar su apoyo a la confederación AFL-CIO y al sindicato UAW ante el desarrollo de esta histórica huelga, que demuestra que la lucha sindical es la mejor herramienta con la que cuentan trabajadores y trabajadoras para exigir sus derechos y construir relaciones de trabajo justas que garanticen condiciones de vida dignas y un reparto más equitativo de la riqueza.