La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT vuelve a reclamar la necesidad de contar con la participación de los agentes sociales en el proceso de transformación energética, y manifiesta que la inminente revisión del Plan Nacional Integral de Energía y Clima debe ir orientada a mantener la energía nuclear instalada más allá del horizonte previsto.

Según datos del Informe del Sistema Eléctrico año 2022, elaborado por Red Eléctrica, el pasado año se caracterizó por presentar un descenso del 2,4 % respecto del año anterior en la demanda de energía eléctrica en España, contribuyendo a ello un descenso de la demanda eléctrica de las actividades industriales del 10,3 %.

Hay dos datos especialmente preocupantes en el mismo ejercicio:

• El incremento de emisiones de CO2 equivalente (44,4 millones de toneladas), han sido un 23,8 % superiores al año anterior.

• Récord en el precio medio final de la energía en 204,79 €/MWh.

Estos datos se han registrado en un entorno energético donde la generación de energía eléctrica ha sido el 42,2% renovable y el 57,8% no renovable.

Teniendo en cuenta la revisión al alza de los objetivos de descarbonización de la Unión Europea, junto al lento avance, tanto de la puesta en marcha de nueva potencia instalada de carácter renovable eólica y fotovoltaica, así como en el desarrollo de tecnología de almacenamiento a gran escala, es imprescindible revisar el Plan Nacional de Energía y Clima en cuanto a la necesidad de mantener toda la potencia nuclear instalada más allá del año 2030.

Es estratégico no prescindir de esta fuente en el proceso de transición energética. La energía nuclear es una fuente de energía que debe desempeñar un papel clave en la consecución de los objetivos de sostenibilidad energética reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

En primer lugar, los reactores nucleares tienen una alta capacidad de producción de energía eléctrica y una baja emisión de gases contaminantes. En España, la energía nuclear representa actualmente el 20% de la generación eléctrica, siendo una energía base que garantiza el suministro. Además, los reactores nucleares tienen un alto nivel de seguridad y fiabilidad, siempre bajo supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear siendo reconocido por diferentes organismos internacionales, situando a los reactores españoles entre los mejor posicionados del mundo.

En segundo lugar, la energía nuclear es una fuente de energía estable y fiable, que no depende de factores externos como la disponibilidad de recursos naturales o las condiciones climáticas. Esto es especialmente importante en el contexto actual de la transición energética, en el que se busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar la integración de las energías renovables, como así se reconoce desde la Unión Europea al incluirlas en la taxonomía verde desde el 1 de enero del 2023, que permite la inversión económica necesaria para ayudar a la transición ecológica.

Los reactores nucleares deben actuar como complemento a las fuentes renovables de energía, proporcionando energía eléctrica de base, estable y fiable, tanto cuando las condiciones climáticas no son favorables para la producción de energía renovable, como cuando lo son.

Esta fuente de generación debe mantener su continuidad en tanto el desfase entre las previsiones del PNIEC y la situación de la ampliación de tecnologías alternativas generen un saldo negativo.

Es necesario destacar que la energía nuclear es una fuente de energía madura y consolidada, que ha demostrado su viabilidad técnica y económica en numerosos países a lo largo de décadas. Además, la tecnología nuclear se ha actualizado para continuar su generación más allá de las fechas previstas en los diseños originales de las plantas, y ha mejorado exponencialmente los procesos tanto de fabricación de combustible como de gestión de los residuos radiactivos.

En tercer lugar y no menos transcendental, desde el plano social, es necesario reconocer el papel que el sector nuclear juega en la fijación de población en territorios especialmente sensibles a la despoblación.

En resumen, UGT FICA considera fundamental no prescindir de los reactores nucleares durante la transición energética, ya que son una fuente de energía libre de emisiones de CO2, segura, estable y fiable, que ayuda a estabilizar el precio medio de la energía eléctrica, constituyéndose en un vector clave para la reindustrialización de nuestro país.

De cara al futuro, hay que seguir investigando y desarrollando nuevas tecnologías energéticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, sin descartar la energía nuclear como una opción útil en la consecución de los objetivos de sostenibilidad energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero frente al calentamiento global, como uno de los principales problemas de la humanidad. Siempre que se mantenga el ritmo necesario de inversión económica y dimensionamiento de las plantillas de trabajadores de alta cualificación, que permita continuar la producción de energía eléctrica el tiempo necesario hasta que se consoliden aquellas tecnologías que puedan sustituir en igualdad de condiciones tanto de garantía de suministro, como todas aquellas que la transición justa, social y responsable deben garantizar.