La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT considera que la subida de otro cuarto de punto por parte del Banco Central Europeo (BCE) hasta situar el tipo general en el 4%, el más alto desde la crisis económica, supone un serio revés para la economía española en general y para el sector del automóvil en particular, por su especial vinculación con los créditos bancarios para financiar la adquisición de vehículos.

A este respecto, el secretario del Sector Automovilístico de UGT, Jordi Carmona, critica que sea en estos momentos, en que el sector se juega su supervivencia en nuestro país en un contexto de transformación al vehículo eléctrico, cuando los responsables del BCE, y especial su presidenta, Christine Lagarde, “dan otra vuelta de tuerca al sector, dificultando aún más la situación en  nuestro país de las plantas de fabricación, de la industria auxiliar y de toda la cadena de suministros, incluidos los concesionarios”.

Frente a las reiteradas llamadas del Sindicato a avanzar hacia “una transición ordenada y justa, que no deje a nadie atrás”, desde el BCE se insiste en endurecer la política monetaria europea sin abordar las causas reales de la inflación, “favoreciendo las tesis de la banca y perjudicando tanto el crecimiento económico como la calidad de vida de la mayoría de las y los trabajadores del país, a quienes se vuelve a situar como víctimas de una inflación de la que no son responsables, al tiempo que se fomenta aún más la desigualdad”. La propia presidenta del BCE considera, en el sumun de la hipocresía, “que subir los salarios es contraproducente”, y lo dice la misma persona que cobró 427.560 euros en 2022 (6.000 euros más que en 2021), mientras su vicepresidente, Luis de Guindos, cobró 366.504 euros.

Desde UGT FICA insistimos en que la verdadera causa de la actual espiral inflacionista hay que buscarla en los enormes beneficios de las grandes empresas pero también en aquellas pequeñas y medianas empresas que siguen repercutiendo las subidas a los compradores con prácticas especulativas que no se corresponden con la marcha real de la economía. No es justo ahogar a los pequeños ahorradores para ocultar comportamientos mezquinos que cuentan con el beneplácito, cuando no con el soporte, de las autoridades monetarias europeas.

A este respecto UGT FICA rechaza la utilización de excusa de la inflación como política destinada a seguir favoreciendo a las grandes empresas mientras se ahoga a los ciudadanos y ciudadanas, y los partidos políticos miran para otro lado.

Jordi Carmona recuerda que la ciudadanía española ya pagó en 2008 las consecuencias de una crisis que no había provocado, tanto en pérdida de empleo y de condiciones laborales como subvencionando con dinero público las deudas de la banca, e insiste en que, de persistir en estas políticas, "volveremos a situarnos un escenario similar a 2008, con pérdidas de empleo, bajadas de salarios, incremento de la desigualdad y aún más dificultades en conseguir una transición verdaderamente justa para la economía y el sector del automóvil".