La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT viene apostando desde tiempo por un proceso de transformación de nuestro sistema productivo que sea justo, socialmente responsable, consensuado entre los agentes y que no deje a nadie atrás. Esta es la principal reivindicación y conclusión de la Asamblea-jornada organizada hoy por la Fundación Anastasio de Gracia y UGT FICA en Cáceres para debatir sobre las consecuencias del proceso de descarbonización emprendido en nuestro país sobre nuestros sectores y, fundamentalmente, sobre los trabajadores y las trabajadoras.
En su intervención en la apertura de la asamblea, el secretario de Administración y Recursos de UGT FICA y patrono de la Fundación, Félix González, ha reconocido que ha sido, tras la crisis de la pandemia de la COVID-19 y de la invasión de Ucrania, cuando se ha evidenciado la necesidad de acelerar este proceso de transición para conseguir una mayor soberanía industrial y una descarbonización ligada a la eficiencia energética y la reducción de emisiones que avance hacia la neutralidad climática.
Para avanzar hacia la descarbonización y dejar de depender de los combustibles fósiles el sector energético ocupa una posición clave que requiere potenciar aún más las energías renovables. En este contexto, la apuesta por el hidrógeno verde, por la movilidad sostenible, por la electrificación del transporte y por la reducción de emisiones son fundamentales para conseguir la descarbonización de todos los sectores productivos de nuestra economía.
No obstante, Félix González ha advertido que el proceso de transición debe abordarse con las máximas garantías para que la descarbonización de la economía no tenga un impacto negativo en los trabajadores y trabajadoras, siendo una prioridad defender los puestos de trabajo y la calidad de los mismos. Como siempre hemos defendido desde UGT FICA, no se puede dejar a nadie atrás en este proceso. Es evidente que es un proceso complejo, en el que se debe llevar a cabo una reindustrialización y reconversión de sectores, y hay que estar preparados, pero siempre defendiendo los puestos de trabajo y las comarcas afectadas.
Por ello, ha señalado que la soberanía y desarrollo industrial de nuestro país son la mejor forma de afrontar los retos de descarbonización a los que nos enfrentamos en la economía. Y para obtener resultados óptimos hace falta desde las diferentes instituciones una verdadera política industrial que suponga una estrategia de estado.
A este respecto, ha abogado por un Pacto de Estado por la Industria articulado en torno al diálogo social y fruto de un amplio consenso que coordina todas las políticas que inciden en la industria.
Y sobre todo, hay que seguir apostando por el objetivo de que nuestra industria alcance el 20% del PIB en los próximos años, ya que un país sin industria "es un país sin futuro", ha finalizado.