La industria automovilística vive tiempos convulsos. Esta situación no es fruto de la casualidad, sino de la combinación de una serie de circunstancias que, unidas ahora en el tiempo, están agravando una realidad ya de por sí suficientemente compleja. Y así, la industria del automóvil debe hacer frente, por un lado, a toda una serie de reveses coyunturales que la están empujando hacia un escenario cada vez más vulnerable, como son la falta de semiconductores, el encarecimiento de las materias primas, el alto coste de la energía (vital para una industria altamente tecnificada), la subida de los costes logísticos, o los efectos de la guerra de Ucrania y del consecuente veto de las grandes marcas a Rusia; por otro lado, se enfrenta a serios problemas estructurales derivados de la transformación-revolución que viene sacudiendo al sector en los últimos años y que se traduce en un cambio en el concepto de movilidad en el que se va imponiendo, de forma cada vez más acusada, una tipología de industria más ecológica (vehículos verdes y conectados), fuertemente digitalizada, muy sensible a las políticas medioambientales adoptadas en Europa, y en la que el proceso de robotización avanza a velocidad de vértigo, amenazando, de una forma más directa, a los puestos de trabajo tradicionales.
Ante este panorama, las grandes marcas del sector están amagando con retirar proyectos ya anunciados o inversiones que tenían comprometidas para el desarrollo de nuevos productos en las plantas españolas, una situación que, aun no siendo nueva en el tiempo, puede y debe reconducirse a través de un diálogo fluido entre los agentes implicados en el sector. A la luz de estos anuncios, las 23 propuestas que venimos reclamando desde UGT FICA para facilitar el tránsito sostenido del sector cobran aún más valor y nos sitúan ante una realidad que debemos afrontar urgentemente entre todos para evitar riesgos innecesarios, situaciones comprometidas y potenciar el sector.
Llevamos mucho tiempo reclamando al Gobierno la necesidad de sentarnos a discutir y a acordar, conjuntamente, las medidas más urgentes que necesita el sector y evitar la adopción de parches que, lejos de solucionar problemas concretos, vienen a dificultar aún más una realidad ya de por sí suficientemente complicada.
Desde UGT FICA nos preguntamos dónde está el mecanismo red que hemos demandando reiteradamente al Gobierno para salvaguardar los centros de trabajo y el empleo en momentos delicados como los que estamos viviendo en la actualidad. También nos preguntamos sobre el paradero de las ayudas a toda la cadena de valor del sector para potenciar las inversiones y fortalecer los centros de trabajo, sobre la urgencia en aplicar los mecanismos de adjudicación, sobre esas políticas industriales que deben poner en valor la particularidad de España, etc. En definitiva, un conjunto de medidas que deberían ayudar a mantener a España como referente europeo y mundial.
Aunque Europa esté marcando las etapas en el proceso de descarbonización, ni el Gobierno de España ni las distintas Administraciones deben ser más papistas que el papa y ahondar en la crisis intentando liderar, o al menos compararnos a otros países europeos, en el cumplimiento de los estándares medioambientales, ya que algunos de ellos tienen una industria automovilística más potente, otras apenas tienen industria automovilística, otros tienen un concepto territorial distinto al nuestro y unos parámetros de movilidad también distintos.
Desde UGT FICA hemos apostado desde el principio por la descarbonización y nos mantenemos en el grupo de cabeza en la aplicación de los retos marcados desde Europa en lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, pero siempre atendiendo a criterios de justicia social y de transición ordenada. Los trabajadores y las trabajadoras deben estar en el centro de las políticas que se adopten en Europa para que nadie pueda quedarse atrás, evaluando las repercusiones de estas políticas y adelantándonos a ellas con medidas que palíen los posibles efectos negativos sobre la industria y el empleo. Sin embargo, ningún país lo está haciendo.
Las políticas medioambientales deben ser, ante todo realistas. Si se prohíbe circular a determinados vehículos por nuestras ciudades, antes se debería facilitar que los usuarios puedan optar por un transporte público eficiente, puedan adquirir vehículos ecológicos a precios asequibles, y contar con una red de recarga eficaz. Sancionar, prohibir, penalizar, no parece una política equitativa ya que, al final, estaremos discriminando al segmento más desfavorecido de la población.
Desde UGT FICA hemos planteado una batería de medidas coyunturales y estructurales que vendrían a facilitar ese tránsito hacia el vehículo ecológico de una forma más justa y ordenada para hacer el conjunto del empleo en el sector. Algunas medidas deberían haberse adoptado ya por ser de más fácil implantación; otras requieren de más tiempo para alcanzar una mayor efectividad. Propuestas como la prórroga del contrato relevo (esencial para el sector), la implantación de la semana laboral de 32 horas, planes de formación estatales orientados a las nuevas tecnologías y al reciclaje profesional, un plan estatal de instalación de puntos de recarga, ayudas reales a la compra de vehículos bajos en emisiones, impuesto a los robots para ayudar a sostener el sistema público de pensiones, ayudas directas a aquellas empresas que apuesten por la modernización y adoptación al proceso de descarbonización, etc. Si desde las administraciones hubieran tenido en cuenta nuestras propuestas cuando las planteamos, habríamos avanzado mucho en el camino hacia una transición ordenada y justa en el sector. No sé ha hecho, pero aún estamos a tiempo. Desde UGT FICA volvemos a insistir al Ministerio de Industria y al Gobierno de la nación, a que convoquen a los distintos agentes implicados en la industria del automóvil para que podamos abordar, de una vez por todas, las necesidades a presentes y futuras del sector.
Medidas como el PERTE VEC, que en su momento aplaudimos por ser una de nuestras reivindicaciones aunque finalmente no nos permitieron participar ni el diseño ni en su definición, no han resultado ser a la postre tan eficaces como se pretendía, por lo que esperamos que el PERTE2 pueda activarse lo antes posible para, con nuestra participación activa, conseguir que los proyectos e inversiones no se pierdan y se pueda construir el ecosistema necesario para el desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos y conectados en nuestro país
España tiene que asegurar las inversiones, los proyectos y la apuesta de futuro que persigue el PERTE2 desde una visión de país y construyendo la casa desde los cimientos, es decir preparando la base de una industria del automóvil ecológica en toda su cadena de valor, antes de lanzarnos a la carrera del vehículo verde.
Desde UGT FICA apostamos por la descarbonización del sector, pero de una forma ordenada y justa, en la que se tengan en cuenta tanto a los más de 60.000 centros de trabajo ligados a la industria del automóvil como a los más de 2.000.000 de trabajadores y trabajadoras que dependen de ella.