La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT celebra la aprobación ayer por parte de la Comisión Europea del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 (PEPAC) presentado por España para desarrollar una Política Agraria Común más justa, más social y más sostenible en un contexto económico extraordinariamente complejo, agudizado por las consecuencias negativas de la invasión de Ucrania y del cambio climático para el sector.

UGT FICA valora que, por primera vez en la historia de la PAC, los países de la Unión Europea hayan podido definir su política agraria atendiendo a sus propias particularidades, dentro de unos objetivos comunes basados en las actuales prioridades estratégicas respecto a medioambiente, digitalización y sostenibilidad. También por primera vez, la PAC tiene un componente social para evitar abusos sobre las personas trabajadoras, ya que vincula la concesión de las ayudas comunitarias con el respeto y el cumplimiento por parte de los beneficiarios de las subvenciones de la normativa laboral de cada país, de la Unión Europea y de los convenios de la OIT.

Es por ello que exigimos que, en la ejecución de la nueva PAC, que entrará en vigor en enero de 2023, se cuente sí o sí con la participación de los representantes de las personas trabajadoras para poder intervenir en los mecanismos de control puestos en marcha al objeto de detectar a aquellas explotaciones agropecuarias que incumplen las normas laborales, de seguridad e higiene, las condiciones sanitarias, alojamientos dignos, o aquellas otras que incurren en abusos laborales, etc. Demos asegurar que no se deja a nadie atrás y que se lleva a cabo la aplicación efectiva de la condicionalidad social dentro de nuestras fronteras. Además, es imprescindible evitar “el dumping social” protegiendo a los agricultores que respetan los derechos laborales de la competencia desleal que ejercen aquellos que no lo hacen. 

En esta línea, apostamos por la agricultura y la ganadería de proximidad y por la sostenibilidad ecológica de las producciones para ejercer como instrumentos de cohesión y dinamización del medio rural, para corregir los desequilibrios territoriales y frenar la despoblación. Su conjugación debe dirigirse a ofrecer oportunidades a los jóvenes en el campo español y a la acuciante falta de relevo generacional.

En definitiva, la música de la PEPAC nos suena bien, pero hace falta que la letra se ajuste también al espíritu de la música, lo que pasa por el cumplimiento estricto del componente social, haciéndolo extensivo a toda la agroalimentación para avanzar hacia un modelo más justo y respetuoso con los derechos humanos a lo largo de toda la cadena de valor, dignificando los salarios y las condiciones laborales de las y los trabajadores.