EFFAT ve con preocupación el recorte del presupuesto de la PAC de 386 600 millones de euros a 300 000 millones de euros (-22%), especialmente porque se produce junto con un fuerte aumento del gasto militar, lo que indica un preocupante alejamiento de las prioridades sociales y agrícolas en la UE
La Federación Europea de Sindicatos de Alimentación, Agricultura y Turismo (EFFAT), a la que está afiliada UGT FICA, ha mostrado hoy su preocupación por la nueva propuesta presupuestaria de la Comisión Europea para la Política Agraria Común (PAC) para el próximo marco financiero 2028-2034, que supone un recorte presupuestario del 22% la PAC.
A juicio de EFFAT, la nueva propuesta de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) posterior a 2027 presenta deficiencias presupuestarias y de objetivos, y no consigue aumentar el atractivo del sector agrícola.
La redefinición de la «condicionalidad» como «administración agrícola» no introduce nuevas protecciones para los trabajadores. La EFFAT lamenta profundamente la falta de ambición para mejorar las normas laborales en la agricultura europea.
La condicionalidad social persiste, pero con deficiencias preocupantes.
Gracias a las iniciativas de defensa de la EFFAT contra la desregulación, la estructura general de la condicionalidad social se mantiene. Sin embargo, la EFFAT lamenta la falta de mejoras en su alcance y aplicación. No existen incentivos vinculados a la creación de empleos de calidad ni a la recompensa del desempeño social. Los pagos por hectárea siguen siendo el criterio principal, sin tener en cuenta la calidad y la cantidad del empleo ni, en última instancia, el trabajo humano que sustenta la producción agrícola.
Un peligroso debilitamiento de las sanciones y los controles
La EFFAT expresa su preocupación por el artículo 62 de la propuesta de Reglamento por el que se establece el Fondo Europeo de Prosperidad y Seguridad Sostenibles en el Ámbito Económico, Territorial, Social, Rural y Marítimo, que introduce dos graves amenazas:
1. Exención para explotaciones agrícolas de menos de 10 hectáreas
Una excepción para las explotaciones agrícolas de menos de 10 hectáreas eximiría a más del 70 % de las explotaciones agrícolas de la UE de controles y sanciones. Esto limita de hecho la condicionalidad social a tan solo el 30 % de las explotaciones. La protección de los trabajadores no debería depender del tamaño de la explotación. Excluir a las pequeñas explotaciones transmite un mensaje perjudicial: que las violaciones de los derechos de los trabajadores son aceptables si las explotaciones son pequeñas.
2. Relación poco clara entre la condicionalidad social y el empleo nacional
La propuesta parece permitir reducciones en las sanciones de la condicionalidad social si se aplican sanciones laborales nacionales. Esto socavaría la integridad del sistema. Las sanciones laborales son consecuencias legales por infringir la legislación laboral, cuyo objetivo es garantizar su cumplimiento. La condicionalidad social garantiza que el dinero de los contribuyentes de la UE sólo llegue a los beneficiarios que respetan esas leyes.
“Necesitamos un reconocimiento urgente de sus funciones distintas para garantizar que cada mecanismo funcione eficazmente sin socavar al otro, ya que operan en diferentes dominios: uno hace cumplir la legislación laboral, el otro protege la credibilidad y la equidad del gasto público”, dice Ivan Ivanov, secretario Político de Agricultura de EFFAT.
La amenaza de la creación de un Fondo Único
Finalmente, la EFFAT expresa su preocupación por la creación de un Fondo Único para la PAC y la cohesión. Este escenario podría diluir las prioridades agrícolas y laborales, aumentar la fragmentación y la renacionalización, así como la competencia por una financiación limitada.
La EFFAT ve con preocupación el recorte del presupuesto de la PAC de 386 600 millones de euros a 300 000 millones de euros (una reducción del 22 %), especialmente porque se produce junto con un fuerte aumento del gasto militar, lo que indica un preocupante alejamiento de las prioridades sociales y agrícolas en la UE.
«Las prioridades laborales deben protegerse mediante una financiación específica e instrumentos políticos diferenciados. Fusionarlas en un Fondo Único podría diluir su importancia, dejando su destino a discreción de los Estados miembros y sujeto a su voluntad, o falta de ella, de defender los derechos de los trabajadores y apoyar un progreso social y una inclusión genuinos», concluye Fabrizio De Pascale, presidente de Agricultura de la EFFAT.
La EFFAT seguirá abogando por una PAC social
“La lucha está lejos de terminar”, afirma Enrico Somaglia, secretario general de la EFFAT, y añade: “La secretaría, junto con nuestras afiliadas, colaborará activamente con el Parlamento Europeo y el Consejo durante todo el proceso legislativo para garantizar que los derechos de los trabajadores no sigan siendo ignorados y que nuestras demandas se cumplan”.
“La PAC debe convertirse en una herramienta política que promueva el trabajo decente, una remuneración justa y condiciones seguras para todos los trabajadores agrícolas”, añade.